Muñeca.

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jueves, 16 de junio de 2011

Altos funcionarios de EE.UU. culpados por "rapido y furioso".









Por lo menos a tres altos funcionarios del gobierno estadounidense señalaron como culpables de la fallida operación Rápido y Furioso, que permitió la entrada a México de armas para uso de grupos criminales.

Los principales responsabilizados con ese hecho son directivos de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas (ATF) se conoció durante una audiencia legislativa en Washington.


Precisamente, la ATF es la entidad encargada del control de las armas de fuego.


Diversos periódicos mexicanos se hacen eco hoy de esta noticia.


Como resultado de la operación, más de dos mil fusiles de asalto y otros 50 para francotiradores, además de miles de municiones, pasaron a territorio mexicano con el conocimiento de los implicados.


Al director en funciones de la ATF, Kenneth Melson, identificaron como uno de los funcionarios que recibían documentos semanales sobre la marcha de Rápido y Furioso, de acuerdo con un informe del presidente del Comité de Supervisión, Darrell Issa.


También el subdirector de la ATF, Billy Hoover, estaba muy interesado en los pormenores del caso, se afirmó.


El otro implicado es el director adjunto de Operaciones, William McMahon.


Se conoció que, pese a que la ATF seguía de cerca ese tráfico de armas, no se intentó ningún paso concreto para desarticularlo.


En su informe, el presidente del Comité de Supervisión comentó que la ATF es controlada por altos niveles del Departamento de Justicia, al cual acusó de entorpecer la indagatoria.


El informe, elaborado para la audiencia legislativa que se celebra sobre la génesis del operativo, incluye los testimonios de varios agentes de la ATF.


Una información de la propia ATF divulgada esta semana reconoce que más del 70 por ciento de las armas incautadas por la policía mexicana a los delincuentes, proceden de Estados Unidos.


La presidenta de la comisión del Senado para el Control Internacional de Narcóticos, Dianne Feinstein, criticó al Congreso de Estados Unidos por permanecer casi moribundo y hacer poco, mientras los cárteles mexicanos tienen acceso a armamento militar estadounidense.


Feinstein, en una carta firmada por un grupo de senadores, pidió a la administración de Barack Obama poner más de su parte para evitar que las armas, que siguen dotando de un gran poder de fuego a las bandas criminales, crucen la frontera.


Además, en la carta y el reporte entregado por los legisladores se hace alusión a la promesa del presidente Obama, quien durante su primera visita a México se comprometió a ratificar el Tratado Interamericano contra el tráfico de armas, pero no se ha cumplido.




































































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