Muñeca.

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domingo, 17 de abril de 2011

¿Turismo o rapiña?.










Ya había señalado el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas que los gobiernos de Felipe Calderón y de Juan Sabines crean y administran conflictos para poder desplazar a la población y despojarla de sus territorios. Es lo que, siguiendo a autores como Raúl Zibechi –quienes llaman a este tipo de actuación del capitalismo acumulación por desposesión–, hemos dicho que los conflictos que los gobiernos de Calderón y Sabines crean y administran –usando paramilitares, policía, ejército y todo el aparato político y partidario–, es la modernización por desposesión y despojo, para ser más claros y no usar sinónimos como robo y rapiña.

Por ello existen conflictos como los que ocurren en Montes Azules, donde no tienen los gobiernos la intención de cuidar la Biosfera, sino la ambición de explotar los recursos de la selva; y los de Mitzitón, donde tiene que pasar por sus pistolas (literalmente: las armas de fuego de su brazo “modernizador” armado, el “Ejército de Dios”) una carretera que conecte Palenque con San Cristóbal, y el de Bachajón, donde nuevamente la policía desalojó violentamente –disparos al aire, piedras y un aparatoso despliegue policiaco militar– a los ejidatarios para arrebatarles la caseta que cobra el paso a las cascadas de Agua Azul.

Ahora Hermann Bellinghausen –quien junto con Gloria Muñoz Ramírez es de los pocos que mantienen una atención periodística en La Jornada, y en Ojarasca y Desinformémonos, sobre Chiapas– explica, a propósito de declaraciones de una diputada, ex secretaria de gobierno y dirigente priista –se ve la unidad de acción de la clase política, con el gobernador por el PRD-PT-Convergencia y ejecutivo federal panista– que defenderán “contra lo que sea y como sea al centro ecoturístico Agua Azul”.

Por lo que, explica Bellinghausen, el verdadero fondo de la violencia contra los ejidatarios de Bachajón y de Mitzitón es que: “Los gobiernos federal y estatal tienen el proyecto, hasta ahora trunco, de construir una autopista privada, de cuota, entre San Cristóbal y Palenque, para “detonar” el turismo, y que tiene en Agua Azul, junto con la zona arqueológica de Palenque, sus dos “joyas”. Los ejidatarios de la Otra Campaña en diversas comunidades de la región, como Jotolá y Mitzitón, se resisten a estas obras que, argumentan, destruirá tierras, manantiales y espacios comunitarios. Por esto es el conflicto, no por el balneario.” (La Jornada On Line: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2011/04/12/mbicioso-proyecto-ecoturistico-causa-real-de-conflicto-en-san-sebastian)

Los ejidatarios de Bachajón y de Mitzitón, al defender sus territorios están defendiendo los de los demás pueblos indígenas, los que son de la Otra Campaña, como ellos, los zapatistas –bases de apoyo, Bachajón y Mitzitón no lo son– y los de todos los que quieren conservar lo suyo y construir su autonomía, porque si derrotan a estos ejidatarios y les expropian lo suyo, avanzará el proyecto de despojo, en forma de privatizaciones con empresas turísticas, carreteras, y el avance de la policía, el ejército y los paramilitares y cargará contra los que les siguen, territorialmente hablando.

Así que la defensa ahora de cada uno de los lugares donde resisten las comunidades sea en Chiapas, en Atenco, en Temacapulín, es la defensa de los territorios y la libertad de los demás, porque no detenerlos implica que avancen en otra vuelta de tuerca despojadora.

En ese sentido es muy atinente que el Movimiento por Justicia del Barrio, la otra Nueva York, no desista, sino que llame a nuevas movilizaciones: Ellos que son desplazados, migrantes mexicanos en Nueva York, saben que el despojo en México aumentará la emigración a todos lados, a vivir en condiciones precarias, de explotación y de racismo.

Quizás una buena estrategia para enfrentar la ofensiva de los gobiernos colonialistas en Chiapas sería atacar su propaganda, la que los presenta como bienhechores que llevarán inversiones y derrama económica y empleos a esas regiones. Llamar, por ejemplo, a boicotear al gobierno perredista de Juan Sabines y panista de Calderón denunciando que el turismo que quieren impulsar en Chiapas se monta en el despojo, la paramilitarización, la militarización y la reclusión de presos políticos. Ir al turismo oficialista es volverse cómplice de graves violaciones a los derechos humanos.















































































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